martes

Desde tu ventana.

Te he estado observando mientras te duchabas. Tu me has dado permiso.

Una cortinilla de plástico dejaba ver borrosamente tu figura, pero dejaba ver tus pies, tus hombros, tu cuello, tu rostro…

Te he visto un poco preocupada. Pensativa. Cuando has apoyado las manos en la pared para sumergirte bajo el chorro de agua me has conmovido. Movías la cabeza con giros suaves y dejabas deslizar el agua medio enjabonada por la nuca. Seguía los borbotones de espuma a través de la cortinilla y veía como se deslizaban entre los dedos de tus pies. Estirabas y contraías los dedos como si fuese un ejercicio de relajación. Las venas y tendones se te marcaban. He oído un chasquido y he recorrido rápidamente la mirada por tu cuerpo hasta llegar a las manos. Aún las apoyabas a la pared, pero con más fuerza. Has abierto los dedos, los has estirado hasta que te has apoyado solamente con las palmas de tus manos. Has dejado caer tu cuerpo contra la pared lentamente hasta que tus pechos la han rozado. He visto que un escalofrío recorría tu cuerpo. He visto que tu piel se sorprendía.

El agua azotaba tu nuca y recorría velozmente tu espalda desperdigándose por todo tu cuerpo, rodeándolo, humedeciéndolo hasta acabar desapareciendo por ese maldito agujero que hace desaparecer la suciedad más natural de tu ser.

Te has girado con temor. El pelo no te dejaba ver muy bien, yo tampoco te veía casi el rostro. Me has buscado por el baño pero yo no estaba. La ventana está muy alta.


Tienes…

2 comentarios:

  1. Hola Paul, siempre he pensado que tenías buena mano para escribir, y ya veo que no me he equivocado.

    ¿Para cuando unas cervezas?

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  2. Gracias Mesux ;) creo que eres la primera persona que lee toda mi basura.
    Las cervezas cuando quieras, ya sabes que solo tomo cebada con mi régimen jajaja

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