martes

Sombras

(...)

Figuras grotescas visitan la noche que con un estrepitoso susurro destruyen la imaginación del subconsciente que place con formas enriquecidas de alegrías vanas del equivocado día muerto. La mano acaricia la frente obligando a cerrar los ojos centrando la mente en pensamientos que luchan contra sombras pasadas. Empuja con fuerza y cada vez el dolor es más fuerte. La secreción es salada, turbiamente necesaria.

(...)

Azul

(...)
Nunca sabía si estaría preparado para la conversación que tendría, si se diera el caso de tenerla, con alguien más culto o menos que el. Un asentimiento como un murmuro de aprobación era más que suficiente para aparentar saber. Era un buen escuchador.
Un buen parlanchín mudo. Y esta vez la conversación le atraía y no podía apartar de su mente el azul. Azul inmenso como el cielo, azul intenso como el del mar adentro, azul como su prenda interiormente preferida.
Fué en un viaje a unas islas, una travesía de unas ocho horas apoyado en la barandilla del barco admirando las distintas tonalidades de azul que adoptaba el mar, observando el cambio de intensidad en el azul del cielo y recorriendo con los ojos las rayas azules que decoraban toda la cubierta. Todo era azul en el exterior y rojo en el interior. ¿Qué fotografías?. El azul. No va a salir igual. Lo sé, pero lo recordaré.
El lienzo era su azul.
Mientras todos hablaban el recordaba aquella travesía. Su vida y su cuerpo era como aquel barco. Azul todo lo que le rodea, rojo en su interior. Un barco que navega por una inmensidad azul manejado por el rojo interior. Ahora estaba a la deriva pero no se sentía perdido, solo que no había puerto en el que debía atracar. Quizá embarrancara en alguna costa y fuera rescatado por algún remolcador. O se hundiría. Tampoco le importaba demasiado mientras pudiera contemplar todo el azul que tenía ante sus ojos.

A veces duermo

(...)

A veces pienso que el corazón me dejará de latir porque no habrá nadie por quién lo tenga que hacer. A veces duermo. A veces sueño, despierto.

Oscuridad

(...)
Una vez más se partía la noche dejándole un desdichado sabor a tristeza pero no hizo nada. Se quedó tumbado, inmóvil, quería saber cuanto aguantaría sin hacer nada. Oscuridad.
Los segundos se hacían eternos en la espesa negrura. Pero, a los pocos minutos, las siluetas de los objetos se hacían tangibles. No quería ver nada. Cerraba de nuevo los ojos y los abría al poco tiempo. Seguía distinguiendo las siluetas. Cada vez eran más reconocibles. Empezó a contar los segundos con los ojos cerrados. Con fuerza. ¿Cuantos serían suficientes para volver a la total oscuridad? ¿Cuantos eran necesarios? ¿Qué era necesario en realidad?
Los minutos pasaban como días y dejó los ojos abiertos derrotado. Empezó a ver entre las siluetas otras que se movían despacio. Muy despacio. Se fijó en esas sombras itinerantes. Se movían solo unos milímetros, lo suficiente para que notarlo. Tuvo un impulso que controló, pensaba en encender la luz y sorprender a las sombras antes que escaparan. Quizá las asustara demasiado y corrieran buscando otra oscuridad. Las llamó con un susurro. No tengáis miedo, solo encenderé una llama. La llama no asustaba a las sombras. Las siluetas bailaban alegres mientras el susurraba a la trémula luz. Unas veces danzaban más rápido, otras parecía que se escondían. Se quemaba. Estaba otra vez en la oscuridad.
Cerró los ojos.

Solo la luz produce oscuridad.
Solo hay penumbra si hay luz.
Solo estas en la oscuridad si no hay luz.
Solo hay luz si sales de la oscuridad.
En la luz hay vida.
En la penumbra ilusiones.
En la oscuridad sentimientos.
Apaga la luz y siente.

Intentó de nuevo dormir, ahora sabía que no estaba solo, las siluetas le acompañaban, las sombras lo arropaban, su mente le susurraba.

Ahora sabía que no estaría nunca más solo en la noche.
No quería ya el día, ni su luz, ni su vida.
Dejaría los ojos cerrados para siempre.
Para no ver nada más que lo que está en su corazón.
En su mente.
Así nació, ciegamente.

En casa

(...)

Recordaba lo que le había dicho su amigo. No hay que lamentarse de lo que no se ha hecho, solo de lo que se hizo. El no estaba conforme. No se debe lamentar de nada. Absolutamente de nada. Todo lo que se hace se hace por una razón o es el resultado de una circunstancia.

Subía la escaleras hacia su habitación y pensaba en esas palabras e irremediablemente se contradecía a si mismo. Llegó al final de la escalera y dejó escapar un resoplido y miró fijamente la cama. Una cama demasiado grande para el. Inmensa. Suspiró y entró con decisión para meterse entre las sábanas pero se detuvo un momento frente la cómoda. Sobre ella estaba la ropa que había plegado con tanto amor su madre esa misma mañana. Y al lado de ella el cenicero. Un cigarrillo y mira alrededor. El pijama sobre la cama le esperaba para abrigarlo, las sillas querían acomodar su ropa usada con olor a bar, las almohadas necesitaban su peso. Cogió el cenicero y la cajetilla de tabaco y se fué a la habitación de trabajo. Necesitaba un lugar más íntimo. Todo era enorme en su habitación. Se puso música para relajarse con un volumen perceptible y preparó los cojines de colores que había comprado hacía un par de meses y volvió a su habitación para ponerse el pijama de rayas que le habían regalado para el aniversario. ¿Aniversario de qué? Aún faltaba un mes. Qué tontería.

Se acomodó en su nuevo sofá y se encendió un cigarrillo. No tenía ganas de leer, solo de encontrar un poco de paz, fumar y escuchar un poco de música. Con la luz apagada el color rojo del sofá no era tan cegador. Apagó el cigarrillo en el cenicero intentando que quedará toda la ceniza bien tamizada y llana en el fondo y cerró los ojos dejándose llevar por la total oscuridad. Otro amigo suyo le había dicho que la gente soñaba en blanco y negro pero que él lo hacía en color. ¿Cómo soñaría él? No se había dado cuenta de como lo hacía. Casi nunca se acordaba de lo soñado. Quizá era un ciego soñador. Quizá había soñado que soñaba y no lo había hecho nunca.

Entonces pensó que era mejor intentar dormir que soñar.

Detrás de la cuenca de los ojos se encuentra el mayor problema.

Tras el nadie le sigue.

No ve apenas nada, le ciega.

Hoy me ha mirado la muerte desde el balcón de la esperanza.

Me he fijado en sus ojos y estaban llenos de alegría.

Se esconde otra mirada tras mi mente irreflexiva.

Se amaga la suya.

Hoy la he mirado fijamente, con miedo.

Se que es mi fin. Mi vida.

Ciego

(...)

El dibujo del tapiz es uniforme.

Una uniformidad cegadora.

No hay nada aleatorio, todo minuciosamente dispuesto.

Aparto la mirada para no quedarme sin ella.

Desplazándose, todo va en dirección contraria a la mía.

El interior tiende a la normalidad, hacía un mismo destino.

Solo las gotas de lluvia en la ventana escapan fugazmente.

Se unen unas a otras para formar riachuelos zigzagueantes.

El dibujo del tapiz es oblicuamente parecido.

Lo imagino distinto, como la lluvia.

Lo observo ciegamente.

El Genio cabrón

El Genio cabrón.

Hoy hablando con Eric, ya sabéis, Eric, me ha venido a la cabeza una historieta, no por lo que decía Eric sino por lo que le replicó Trípode. La historia es la siguiente.

Un hombre caminaba por la playa y encontró una lámpara de bronce medio colgada en la arena. El hombre la sacó de la arena y vió que el objeto era precioso, brillante, con algunas incrustaciones de piedras que parecían valiosas. El hombre no entendía de joyas pero le pareció una lámpara maravillosa.

¿Y si la froto? – Pensó.

Y eso hizo. La frotó cuidadosamente, y luego con ansia, y en el momento que lo iba a dejar salió un humo intenso de la lámpara y una voz muy grave, como de ultratumba, que le asustó. El hombre tiró la lámpara a la arena y esperó entre miedo y curiosidad en que acabaria aquello.

Pasaron solo unos instantes desde la última frotada y se materializó un Genio delante de el hombre.

¡Cáspitas! – Dijo el hombre, bueno, realmente dijo coño, pero por si lo lee algún menor mejor lo dejamos en cáspitas.

¿Por qué interrumpes mi descanso? – Replicó el Genio.

Lo siento, pero no me he podido reprimir a frotar un objeto tan precioso. – Le dijo el hombre al Genio.

Vaya, y claro, ahora querrás tres deseos ¿no? – Dijo el Genio.

Hombre, perdón, señor Genio, ¿no podrían ser cuatro? – Dijo el hombre probando suerte.

Vaya con el listo… - Pensó el Genio. – Claro que si, te mereces esos cuatro por despertarme de mi letargo. Dime el primero.

El hombre pensó unos instantes. Tantas cosas con las que había soñado ahora se podían hacer realidad. No pensó solo el primero, los pensó todos. Como cuarto pediría tener cuatro deseos más. No había que desperdiciar la ocasión.

Señor Genio, - Dijo el hombre. – como primer deseo quiero tener una polla grande.

Concedido. – Dijo el Genio y sonrió.

El hombre observó expectante su entrepierna. Todo parecía igual. No había cambiado nada. – Pero… ¿y mi deseo? – Preguntó el hombre extrañado.

Concedido. – Dijo tajantemente el Genio.

¿Concedido?, y una leche… - Recriminó el hombre.

Aún estaba el hombre buscando cambios en su entrepierna cuando de repente oyó un graznido a su lado. Efectivamente se le había concedido el deseo. Tenía una polla muy grande a su lado, pero nada parecido a lo que el hombre esperaba.

Señor Genio, le dije una polla grande ¿y usted me da una gallina obesa? – Dijo bastante alterado el hombre.

Me has pedido una polla grande y es lo que te he concedido. Pide tus deseos claramente y con lenguaje correcto o puedo equivocarme. – Dijo de manera solemne el Genio.

Me cago en la puta… - Murmuró el hombre.

A ver, rectifiquemos, quiero…

Recuerda que este es tu segundo deseo. – Interrumpió el Genio.

El hombre pensó durante unos segundos. Tenia la opción de en el cuarto pedir cuatro más.

Vale señor Genio. Como segundo quiero tener un pene grande. ¿Sabe lo que es un pene no? Eso que tenemos los hombres en la entrepierna. Pene, pilila, polla, pero dejémoslo en pene. Quiero un pene grande.

Concedido. – Dijo con una sonrisa el Genio.

Ay! – Gritó de dolor el hombre. – ¿Pero que coño? – Se preguntó angustiado.

El hombre descubrió con gran dolor que efectivamente tenia un pene grande, pero taladrándole el trasero y unido a ese pene descomunal se encontraba un hombre bien fornido.

¿Tercer deseo? – Dijo el Genio con gran talante.

¿Tercer deseo? ¿Será hijo de puta este Genio? – Pensó entre lágrimas de dolor el hombre.

Vale, rápido, el pene grande lo quería delante, aquí, ¡aquí! – Gritó el hombre señalando la parte baja de su pelvis.

Concedido. – Dijo el Genio con una amplia sonrisa.

¡Pero será hijo de puta! – Gritó con afirmación el hombre.

Aún no sentía el dolor más infrahumano en su ano y el hombre fornido que antes se trabajaba su trasero ahora lo tenía delante mismo de él penetrándole lo que antes era su pene y ahora se había convertido en una vagina.

¡Esto debe ser un sueño! ¡Una pesadilla! – Gritaba preso del pánico y de la incredulidad el hombre. – Y este tio ¿Qué coño pasa? ¿no tiene escrúpulos? ¿Se lo folla todo? ¡Si por lo menos estuviera buena!

Concedido. – Dijo el Genio con una gran carcajada.

Cuando el humo se disipó había desaparecido el hombre fornido de pene grande, y también el hombre que con tantas ganas había frotado la lámpara maravillosa. En su lugar había un envase de cartón, cuadrado, de unas dimensiones que podría albergar un volante de camión en su interior.

Uhm, que hambre tenía coño. – Dijo el Genio.

Abrió el envase y cogió la mejor pizza cuatro quesos que se puede imaginar y empezó a comer.

Hay varias moralejas en esta historia.

La primera. Si tienes cuatro opciones son cuatro, no cinco ni seis, solo cuatro, piensa bien lo que vas a hacer porque cagarla es muy fácil y más si el que tienes delante es un hijo de puta como el Genio que va a su puta bola.

La segunda. Si te encuentras una lámpara maravillosa no pidas una polla grande, hazlo con estas palabras: “quiero que mi pene tenga erecto 25 centímetros de longitud y 3 centímetros de diámetro, pero solo cuando esté erecto.”

La tercera. A los Genios les gusta la pizza de cuatro quesos, así que mejor cuando vayas a la playa te lleves una, así no te puteará para conseguir una.

La cuarta y la más importante. Por muy maravilloso que sea algo, por mucho que lo frotes, por mucha ansia que le pongas, ganas, ilusiones, solo vas a conseguir que te den por el culo.

La casa de Foster

A mi me encanta la casa de foster, Mack y Blue, son la caña de dibujitos...
Un dia estaba en un bar tomando un cafe y habia la del bar y un pavo, y estaba viendo los Foster y va y cambia el canal!! Le digo, señorita podria poner de nuevo los dibujos animados? y me dice, no eres un poco mayor ya para ver eso?, un poco de vergüenza me dió, pero le dije, puede que tenga razón, pero esos dibujos me animan para coger el dia de cara, me gusta verlos y me alegran, si los vieran más de buena mañana seguro que tendria brillo en esos ojos tan preciosos... el pavo me miraba con una cara como de, este pavo esta de psiquiatrico, claro, la mujer tenia por lo menos 50 años, pero mira, le cayó bien, cambió el canal y me invitó al cafe. Fui durante dos meses todos los sabados a tomarme el cafe a ese bar antes de clase y siempre vi los Foster.

Pitt

¡Pitt! ¿Qué tal estas? - Dijo una voz mientras acompañaba el berrido con una enorme palmada en la espalda que sonó como una emboscada.
Entre el sobresalto y el golpe a Pitt se le cayó un sorbo de la cerveza que mojaba su boca.
¡Joder! - Refunfuñó Pitt mientras el bravucón lucía una amplia sonrisa.
Hostia macho, un día de estos me metes la cabeza dentro de la jarra.
Eso ya lo haces tu solito todo el día colega.
Déjame en paz subnormal...
¿Cómo quedó aquello? ¿Lo conseguiste? - Le susurraba a Pitt.
¡Que me dejes en paz! - Gritó mientras empujaba con el codo al interrogador.
A ver imbécil, tu no vas a estar en paz ni en tu puta tumba. Mañana quiero noticias. – Sentenciaba mientras remarcaba la última frase con un golpe en la cabeza con la mano abierta que resonó en todo el local.
El bravucón salía del local ajustándose la parka marrón por las solapas y Pitt repetía entre dientes una y otra vez, gilipollas, gilipollas, gilipollas...

Pitt no era en realidad su nombre, le pusieron ese apodo al estrenarse una película llamada Doce monos que interpretaba Brad Pitt. No es que Pitt se pareciera a Brad demasiado, pero tenía la misma mirada y gestos que el actor en ese film.
Pitt era una persona muy nerviosa, inquieta, y siempre jugueteaba con lo que tenía en las manos de una manera tan peculiar que parecía que estaba haciendo un truco de magia en el cual el truco no era el hacer desaparecer nada sino el apreciar los movimientos de los dedos y las manos. Cuando no tenía nada entre las manos no paraba de rascarse con movimientos rápidos. Se tocaba la frente y rápidamente bajaba la mano a la barbilla y se tiraba de los pelos de tres días, y de repente bajaba una mano y subía la otra hacía la oreja y acababa haciendo novillos con los mechones de su cabello. Le faltaba pelo en algunas zonas de la cabeza, se lo arrancaba en pleno frenesí y tenía marcas rojizas en la frente, mejillas y cuello de tanto roce de sus dedos. Tenía unas manos delgadas y dedos largos, con las yemas endurecidas y uñas minúsculas y con filo de sierra y llenos de heridas. Le sangraban las uñas. Eran su comida todos los días. Muchas veces iba con gorro de lana para taparse las heridas de la cabeza y guantes para evitar rascarse y morderse los dedos. Aún así los guantes al poco tiempo dejaban sus dedos desnudos y el gorro lo perdía o se lo robaban. Caminaba con dificultad, un accidente con una máquina le dejó la pierna derecha destrozada. Nunca hizo lo que los médicos le dijeron y nunca cobró nada por aquello. En una ocasión dijo que aquel accidente le salvó la vida y por eso no se siente desgraciado. Pero la verdad es que es un desgraciado y la vida que tiene no es mejor que la muerte de la que se salvó.

Pitt salió del local quejándose por la cuenta, siempre lo hacía, costara lo que le costara se quejaba. Su despedida siempre era un hijoputa así te gastes todo en tu funeral. El dueño del local ya estaba acostumbrado y, aunque no le hacía gracia, no le decía nada porque al rato volvía allí a beber. Hacía frío y Pitt se subió el cuello de la chaqueta vaquera que encontró un par de días antes al lado de un contenedor. Esta era mucho mejor que la anterior. La última que encontró estaba agujereada por los ratones. Esta era mucho mejor, si, tenía los bolsillos intactos y podía guardarse en ellos los guantes y el gorro y los trapicheos, pero no era demasiado buena para el frío, y tenía que forrarse con papel de periódico el interior para mantener el calor corporal. Lo vió en una película hacía unos años, cuando un gobierno local decidió poner en marcha de nuevo el cine de barrio al aire libre. Pitt lo hacía todo al aire libre menos beber. No le gustaba estar demasiado tiempo entre cuatro paredes y solo lo toleraba cuando debía resguardarse del duro invierno y si iba muy borracho. Seguía maldiciendo a los chiquillos que le robaron el gorro la última vez, se le estaba enfriando la cabeza, y se paró en un contenedor a revolver en busca de algo que hiciera de gorro. Tuvo suerte. Encontró una bufanda palestina y una gorra de coca-cola.

Pitt solo tenía un amigo, Pablo. Pablo le dejaba de vez en cuando algo de dinero y sabía demasiado bien que no se lo devolvería. Se conocían hacia tiempo, desde el colegio. Una vez hablé con Pablo sobre Pitt y me dijo que no siempre había sido así. Antes era bastante normal, pero que a saber, se metería en drogas o cosas de esas y así acabó. Pablo le perdió la pista después del instituto y lo vió durmiendo la mona un día al lado de unos contenedores, Pablo se acercó porque le pareció ver sangre y lo reconoció. La sangre era de un animal muerto que le hacía de almohada. Lo habrían atropellado, o lo habría matado el propio Pitt para estar más cómodo. De todas formas Pablo no lo dejó allí y llamó a una ambulancia para que lo atendieran. Pitt tuvo los mejores cuatro días de su vida con total atención. Al quinto día desapareció del hospital. Pablo le había dejado en el pantalón su tarjeta, y al cabo del tiempo Pitt le llamó. Ahora le llama de vez en cuando si necesita dinero. Pablo le propuso un trato, solo le daría cierta cantidad durante cierto tiempo y si se pasaba, si le llamaba tan solo, ya no le dejaría nada. Pitt lleva bien las cuentas.

Pitt no tenía dinero, necesitaba ver a Pablo pero ahora estaba fuera, de viaje o algo así le dijo. No te preocupes que cuando vuelva te busco. De eso hacía ya dos semanas. Y Pitt tenía aún dolor de espalda del golpe que le había dado aquel monstruo. No lo conocía demasiado, sabía que le llamaban Charly, pero estaba seguro que su nombre era tan falso como el de Pitt. No demasiado, pero lo suficiente para saber que no era trigo limpio. El fin de semana anterior coincidieron en un local, Pitt estaba ya borracho, iba y venía de mesa en mesa mendigando unas monedas para alcohol. Charly le hizo una señal con la mano para que se acercara. Pitt se acercó sonriente con los ojos medio cerrados. Charly vió los dientes de Pitt, un destrozo. No había visto una boca más imperfecta en su vida y dijo un comentario sobre ello que acabó con la carcajada de toda la mesa. Charly le dijo que si se arrancaba una muela allí mismo, delante de ellos, le pagaba todas las copas que pudiera tomar esa noche. Pitt le dijo que estaba borracho pero no gilipollas y se marchó dando tumbos. Al salir del local vieron a Pitt trapicheando con un par de chavales y Charly se le acercó y le dió una palmada en la espalda. Era su saludo habitual acompañado de ese Pitt que tal estás tan estruendoso como la palmada. Ya era por lo menos la vigésima vez que se lo había hecho, desde que se conocieron hace ocho meses en una mala noche siempre le hacía lo mismo. Charly le pregunto con que trapicheaba y le hizo un encargo. Pitt le pidió dinero por adelantado y Charly aceptó refunfuñando. Tardará una semana. Lo necesitaba antes, y le dió tres días.

Pitt trapicheaba con drogas de mala calidad y poco volumen, lo justo para comer decía cada vez que le paraba la policía. ¿Que tal el trabajo Pitt? Bien, tengo lo justo para comer. Le cacheaban y lo que le encontraban lo tiraban o se lo metían delante de sus propias narices. Nunca le detuvieron ni fué a la cárcel. Igual allí habría estado mejor. A veces hacía de chivato, y cuando le cacheaban les recordaba que el también era un funcionario. Tratadme bien o me quejaré al comisario Marín. Muchas veces les hacía gracia y le dejaban ir con la mitad del material, y otras veces hasta le daban unas monedas sueltas para que se tomara un trago. Charly era uno de ellos, por lo menos eso sospechaba Pitt, por eso no le hacía ni puta gracia el encargo del amigo. La primera vez que Charly le propinó su saludo le cogió del cuello bromeando con una especie de llave de artes marciales. Le recordó a una vez que opuso resistencia a la policía un día que se había metido de todo. Desde entonces cada vez que se le acercaba le olía a bofia.

Pitt pensaba en lo que le dijo Charly. Mañana quiero noticias. Ese cabrón le daba bastante miedo y eso era raro en Pitt. Pitt no tenía miedo a nada ya. Hacía tiempo que sus monstruos superaban la maldad de todos los que se habían inventado en la historia. Pero Charly era diferente. Apestaba a maldad. Pitt se sobrecogía cuando se le acercaba al oído mientras le sujetaba la cabeza. Charly tenía unas manos enormes, y cuando acercaba la cabeza de Pitt con su mano para hablarle al oído abarcaba toda la cara. Le tapaba el oido con su mano y sus susurros se amplificaban dentro de su cabeza y se convertían en ecos que seseaban en el interior de su cerebro. Charly sabía todo eso. Sabía muy bien lo que hacía. Sabía tratar a esa gentuza.

Pitt ya hacía dos días que tenía el encargo de Charly pero no se lo quería dar aún. No comprendía el encargo. Sentía curiosidad. ¿Por qué un tipo como Charly le había pedido tal cosa? Era bastante normal que Pitt hiciera de mensajero, de camello, y que le hicieran encargos de todo tipo. Así es como se ganaba la vida. Una vez le encargaron llevar un paquete a unas oficinas del centro, en cuanto salió del edificio entró en una cafetería de enfrente y dando el primer sorbo de cerveza llegaron decenas de coches de la policía. Se acabó la bebida de un trago y salió disparado. Otra vez le encargaron que comprara un tipo de armas. Tardó un par de días y las dejó en el sitio donde habían quedado. Tuvo que esperar en la oscuridad para asegurarse que las recogían los que le habían pagado. Pitt era un desgraciado pero en ese mundillo era de fiar. A veces decía, si existe, lo encuentro.

Pitt miraba el reloj del local del hijodeputa que se gastaría todo en su funeral. Era muy tarde, y no le quedaba mucho tiempo. En unas horas tendría a Charly maldiciéndole al oído y reclamándole su encargo. Extrañamente Pitt aún estaba sereno. La sequedad de su garganta no le permitía ni blasfemar. No le apetecía beber. Pasaba el dedo una y otra vez por el borde dibujando el círculo de la jarra. La levantaba y miraba el círculo mojado de la barra. La volvía a bajar. Le hizo un gesto al dueño del local para que se acercara.
¿Qué pasa Pitt? ¿No te emborrachas hoy? – Le dijo el dueño con semblante serio.
Eh... ¿Tienes un cigarrillo? – Le dijo entre titubeos.
Ahí tienes la máquina, Pitt. – Le dijo señalando la entrada del local.
Solo quiero uno…
Pues yo no fumo y no voy a comprar un paquete para darte uno.
Pitt abrió la boca pero solo dejó escapar un resoplido. El barman esperaba algún insulto pero tras unos segundos nada dijo. El dueño del local se dirigió a la caja y después de unos bips sonó una campanilla que indicaba que se abría el cajón de la maquina registradora, cogió unas monedas y se dirigió a la máquina expendedora. Sacó un par de cajetillas, una de tabaco negro y otra de rubio. No sabia lo que fumaba Pitt, ni le importaba. Se las dejó al lado de la cerveza cuando pasaba junto el. Una vez dentro de la barra miró a Pitt, el también le miraba aún con la boca entreabierta.
Cerillas, ¿no? – Dijo el barman.
Pitt asintió con la cabeza dos veces y en la segunda se quedó cabizbajo. El barman se las llevó y desapareció por el fondo de la barra mientras pasaba un trapo a una botella. Pitt abrió las dos cajetillas, sacó un cigarrillo de cada una y los puso de pie en la barra con el filtro haciendo de base.
¿Cual fumo? – Dijo en voz baja.
Cogió el cigarrillo rubio y le quitó la boquilla. Se lo puso en la boca y prendió una cerilla y pegó una larga calada. Mientras aguantaba el humo en sus pulmones miraba como se consumía la cerilla. La apagó soltando todo el humo de golpe. Se bebió la cerveza de un trago y se metió en los bolsillos de la chaqueta vaquera las cajetillas de tabaco y las cerillas. Volvió a dar una gran calada al cigarrillo sin boquilla y soltó todo el humo mientras caminaba hacia la puerta. Iba dejando una nube de humo a su paso y se perdió entre el.
Gracias. – Murmuró mientras salía del local.

Pitt no había llegado aún. Eran más de las doce del mediodía y no estaba en la barra. El dueño del local pasaba el trapo a las jarras de cerveza vacías que colgaban del estante. Estaban limpias, pero al tipo le gustaba tenerlas relucientes. Eran jarras con nombres de cervezas de importación de Irlanda, Reino Unido, Australia, Bélgica, Alemania… Pero solo tenía dos o tres clases de cerveza en su local. Mientras les pasaba el trapo entró Charly, iba mirando a todos los lados buscando a Pitt.
Buenos días. – Le dijo al barman mientras arrastraba de forma ruidosa un taburete hasta ponerlo enfrente del barman.
Buenos. – Le contestó el dueño del local.
Oye, ¿has visto a Pitt? – Preguntó Charly.
El barman abrió la boca pero fue interrumpido por un buenos días un poco cantarín y alegre. Era Pablo.
¡Hola Carlos!, ¡hola Alberto! – Dijo bastante contento Pablo.
¿Habeis visto a Pitt? – Prosiguió.
Eso mismo he preguntado yo a Alberto… - Dijo Carlos. Ese cabrón me tiene que dar una cosa que le pedí y que le pagué por adelantado.
Ya te dije que a el no se lo tenías que pedir. Eres un idiota. – Le dijo Pablo mientras lo señalaba con el dedo en tono amenazador.
¡Tu estabas fuera! ¿Qué coño querías que hiciera? – Replicó Carlos.
¡Esperar! – Gritó mientras daba un golpe en la barra.
Pues creo que vais a esperar en vano. – Dijo entredientes Alberto.
¿Tu que cojones sabes? – Le increpó Pablo.
Solo se que se fué sin pagar el muy cabrón. Con dos cajetillas de tabaco. – Ese no vuelve.
Igual vuelve hoy y te paga, no seas tan llorica. – Dijo con tono burlón Carlos.
No, no es por eso. Es de cómo se comportaba. – Cogió un poco de aire y apoyó las dos manos en la barra.
¿Qué hacía? ¿Dijo algo? – Se interesó Pablo.
Eso mismo es… no hizo nada ni dijo nada. Casi no se movía. No hablaba solo ni blasfemaba. Estaba muy raro.
Ponme una cerveza anda. – Le pidió Pablo.
Callaron todos un momento hasta que Alberto sirvió cerveza a Pablo y Carlos. Se sirvió una también para el.
¿Cuanto le diste? – Preguntó Pablo a Carlos.
Todo… - Dijo casi inapreciablemente Carlos.
¿Todo? ¡¿Todo?! – Gritó lleno de ira Pablo.
La habeis cagado chicos. – Dijo Alberto.
Yo no la he cagado Alberto, ha sido el idiota este… debería…
¿Debería? – Interrumpió Alberto. Lo que no debería haber confiado en ti. – Prosiguió Alberto. Ya te dije que no me parecía buena idea meter a ese desgraciado en esto.
Era amigo mío.
No hay amigos en el negocio Pablo.
Si no aparece yo os devolveré el dinero. – Dijo Carlos.
Tu ya has hecho bastante. Es la tercera vez que la cagas. – Le respondió Alberto. Lárgate de aquí y no vuelvas. – Le dijo mientras señalaba la puerta.
Carlos salió apresuradamente del local intentando ponerse la parka mientras salía.
Y tu ya sabes que tienes que hacer.- Le dijo a Pablo mientras le señalaba.
A Pitt… es mi amigo…
A Pitt déjalo. Pitt es un chico listo. Yo hubiera hecho lo mismo que él. – Dijo Alberto.
¿Entonces? – Balbuceó Pablo.
Entonces lárgate tu también. – Le dijo Alberto mientas señalaba la puerta.
¡Oye! – Le gritó Alberto antes de que saliera por la puerta.
¿Si?
A ver si esta vez estas más fino. La última vez me costaste dos semanas de hotel. – Le dijo mientras sonreía. – O habrá que enderezarte como a Carlos ahora.
A Pablo le sonó aquello como una amenaza inminente. Realmente lo era. Mientras caminaba hacia su coche vió de lejos a Carlos y pensó que era mejor acabar cuanto antes. Subió al coche y se puso a la altura de Carlos. Carlos, al ver la cara de Pablo lo comprendió todo y comenzó a correr. Inexplicablemente Pablo frenó en seco. Se encendió un cigarrillo y pensó mientras se consumía en su mano que pasaba del tema. Así de simple. No quería verse involucrado en nada. Estaba harto de todo el negocio. Harto de perseguir, extorsionar y menospreciar la vida de los demás. Puso de nuevo en marcha el coche y se puso a conducir hacia a saber donde.

Pitt hace semanas que no aparece. Y hace días que busco a esos otros dos hijos de puta.

domingo

Tirso de Molina número 3

Viernes pasado me llamó mi jefe de estudios para decirme donde era el sitio donde empezaba las clases al día siguiente. Me llamó demasiado temprano, claro que después de toda una noche jugando al COD2 y al PES6 cualquier hora normal para mi es temprano. Entre sueños solo escuché, Tirso de Molina número 3.

¿Te he despertado? – Me dijo.

No, no, tranquilo. – Estaba como para darle una ostia.

Me dormí de nuevo incluso después de unos leves intentos de levantarme.

Sábado por la mañana, después de una noche que se podría calificar de tontamente mágica, me despertó un pitido estridente y me levanté de un salto.

¡Coño! ¡Las 8:25! – Salí de la habitación cagando fuego.

Calcetines, pantalones, camisa, zapatos, y bajando la escalera. La misma ropa del día anterior, pero que coño, llegaba tarde. Bajando hacia el baño paso irremediablemente por la cocina, enchufo la cafetera y voy directo al popodero.

Mientras me tomo el café repasando lo que me llevaba pienso, ¿Cómo ha sonado el despertador? No lo puse. La noche anterior llegué muy tarde y medio muerto, no lo puse, no ha sonado, ¿y yo lo he oído?

De camino a Valencia con mi coche aún pensaba en eso. Será el reloj interior, concluí.

Mierda, solo me acordaba de Tirso de Molina número 3. Creo que quedaba por Nuevo Centro. Algo así me dijo Víctor. Pues vamos hacia allá y ya preguntaremos.

A las nueve en punto aparco el coche. Salgo precipitado y le pregunto a una señor que estaba justo al lado de donde había aparcado.

Perdone, ¿la calle Tirso de Molina? – Le pregunto.

El señor emitió unos gruñidos y movía las manos como aspavientos. Claro, esto es un sueño… El despertador suena sin ponerlo, llego a hora a Valencia, y este tío es muy raro. No, raro no, sordomudo. Vaya casualidad.

Perdone caballero, buenos días. – Y me voy a toda prisa a buscar a otra persona.

Avisto a los metros a otro señor, y le hago la misma pregunta a la cual contesta de la misma manera que el primero. No puedo disimular una sonrisa de inquietud y el tío me mira medio mosqueado. Me despido de la misma manera que del primero y parto en busca de alguien que me pueda contestar.

Al girar la esquina avisto dos señoras, me acerco a ellas y les hago la pregunta de rigor.

Para mi sorpresa la señora me responde de la misma manera que sus otros dos antecesores.

Sordomuda, ¿no? – Le digo a la señora.

Ella asiente.

Vaya, ¿y su compañera? – Le pregunto temiéndome ya la respuesta.

Ella asiente con una amplia sonrisa.

¿Qué pasa? ¿Tienen una convención? – Les pregunto amablemente y con una sonrisa mientras me encendía un cigarro.

Me contestaron con una carcajada. Es curioso como suena la carcajada de una persona sordomuda. No se describirla, pero me produjo instintivamente una carcajada que me dejó casi sin aire. Entre risas nos despedimos.

Gire la siguiente esquina de la manzana, la calle ya daba al río. A unos 200 metros a la izquierda se encuentra Nuevo Centro. Me inclino por ir hacia la derecha para ver el nombre de la calle y diviso a unos 50 metros a un caballero vestido con un mono azul.

Llego a su lado, me paro, lo observo. Estaba de espaldas a mi.

Perdone caballero, ¿es usted sordomudo? – Cambie de estrategia.

El caballero se quedó boquiabierto. Estuve unos segundos temiendo por si era sordomudo también o por si iba a darme una ostia.

¿Yo? Que coño… Soy de aquí. – Me contestó muy convencido.

Para no encontrarme con su puño aguanté el aire y la carcajada que me venía estrepitosamente. Tosí para ver si así la risotada daba paso a la otra pregunta.

Lo conseguí.

Pues perdone caballero. ¿Tirso de Molina? – Le pregunté, aún a riesgo de que me contestara un, no, no soy yo o algo así.

Es esta chaval. – En tono vacilón.

Gracias, hasta luego. – Y me alejé llorando y riendo. A la esquina estaba ya inmerso en una carcajada que me obligó a tirar el cigarrillo.

Había visto que arriba del taller ponía 21 en grande, y el portal anterior era el 19, así que el 3 quedaba cerca de Nuevo Centro.

Al pasar por la siguiente bocacalle vi un grupo de gente, unos 60, moviendo los brazos hacia todos los lados.

Efectivamente había una convención de sordomudos en esa zona.

Efectivamente todos mis entrevistados eran sordomudos menos el último.

Efectivamente el mecánico era de Valencia.

martes

ciber-relaciones

Son más de las dos y media de la madrugada (2:38) y aquí no hay quien duerma. Normalmente no duermo porque estoy jugando en el pc, o viendo discovery channel o el mejor porno de la red. Haga lo que haga la verdad es que duermo poco y mal. Creo que es un transtorno que aún me dura de mi ex. No se si agradecérselo. No, mejor no. Hoy no puedo pegar ojo simplemente porque no puedo, también tengo muchos días de esos. Estaba repasando mentalmente mis últimos tres meses.

Hará unos cuatro meses mi amigo Quique me animó a meterme en el mundo de las ciber-relaciones. Quién me conoce sabe que soy un negado en chats y móviles. No por nada en especial, es que simplemente no me va nada de eso, o no me iba. Tengo internet desde 1998, creo, aún iba aquello a pedales. Para conectarte tenias que estar aguantando chasquidos y pitidos durante unos minutos para estar media hora abriendo el correo o una página web muy simple. El móvil para mi siempre ha sido el “donde estas”, “voy en 5 minutos” o “cuanto te queda”. Ni sms's, ni llamadas de horas colgado al telefono. Y en chats ni había entrado en mi vida. Tengo la cuenta de hotmail desde que tengo internet, y poco he chateado con los conocidos. Con tantos años con esta cuenta tengo la friolera de unos 80 contactos de los cuales se conectan unos 10 y el resto no sabia que se podian borrar. Ahora si que lo se. Estuve una temporada de soporte técnico en una empresa y con la cuenta de esa empresa, y casi todo funcionaba por messenger, me volvian loco con tanta ventana. Cuando se acabó aquella temporada me dije a mi mismo que nunca más iba a hablar con más de una persona a la vez. Fué una locura, pero para locura cuando conocí a aquella chica... Como estaba tan lejos todo iba por messenger, skype, team speak, y venga pasar horas para hablar hasta las tantas. Otra locura. También me dije que nunca más.

Pero tras año y medio sin pareja, Quique me convenció para intentarlo por la red. No estaba yo muy decidido. Pero a todo se le tiene que dar una segunda oportunidad. ¿No?

Estuve un mes más o menos investigando el terreno. Entre febrero y marzo. Viendo páginas, posibilidades, como se describía la gente, que esperaban. Con un mes tuve más que suficiente para acabar harto. Y eso que aún no había chateado con nadie. Pero me aburre tanta tontería.

  1. Sinceridad, como si fueran capaces de soportarla.

  2. Amig@s de mis amig@s, ¿no te jode? Si no de quien vas a ser amig@.

  3. Extrovertid@/introvertid@, ni que fuéramos vertebrados o invertebrados.

  1. El interior, esto se merece una carcajada tan grande como la boca de todos los que lo dicen.

  2. Sexo, lástima, ahí no llegué. Me quedé en el punto 4.

Voy a seguir mientras apuro el cortado, y porque no, el cigarrito que me merezco tras tanto insomnio. Y eso que quiero dejar de fumar, pero la ansiedad me puede. Si es que no tengo voluntad ninguna. He comprado unas pastillas, se llaman Zyntabac, me las recomendó un alumno que tuve en un curso de linux. Se llamaba Paco y era un tipo bastante peculiar. Podría pasar por indio, con una melena lisa negra azabache hasta media espalda, cabeza casi metida entre los hombros, cejas pobladas, corbatín tejano con dos colgantes metálicos y botas de estas de cowboy. Si va a Estados Unidos lo obligan a quedarse en una reserva. Parecía un tio muy serio, pero no, era muy "extrovertido". Vamos, un vertebrado normal y corriente que hasta que no tiene confianza no dice ni mu. Me dijo que con estas pastillas se dejo de fumar en dos semanas y no le había vuelto a apetecer. ¡Y eso que fumaba cuatro paquetes de ducados! Hoy he empezado el tratamiento. Si, otra vez. Esto creo que se lo debo a una chica-chat. Lo estoy intentando, te lo aseguro.

Tras ese mes de investigación del terreno (je je je), me decidí por fin a darme de alta ya con un nombre nuevo y con un correo nuevo. Me hice una especie de listado, bueno, mental, que yo no soy de listas, asi voy, que todo se me olvida.

Era más o menos así;

1. Ser sincero, empezando por el nombre, nada de Paul ni nombres raros, el mio. Esto parece fácil, pero no lo es. Quieres sacarte una cuenta de correo y tu nombre ni a la de tres lo puedes coger. Al final pude con mi nombre seguido de "scrp", que podía ser escrápula, pero no, era de escorpión. Andaba Lola ya unos meses dándome la vara de que los escorpiones somos lo más de lo más, así que se lo dediqué a ella, pero nunca se lo he dicho... si es que siempre me pasa igual, como no hago listas...

2. Poner las fotos en las que más natural salía. Buf... esto si que fue dificil (ja ja ja) porque en natural resulto bastante feo pero bueno, ¿no buscaban el interior? Pues que rasquen. La verdad es que no puse mucho cuidado en las fotos. Escogí unas pocas en las que cuando me las hicieron me encontraba bien. Una mierda de fotos.

3. Al chatear tenía que ser yo mismo. Bueno, eso no puedo evitarlo. Así que esto es lo que parecía más fácil. Pero antes tenía que darme de alta en las páginas que había seleccionado.

4. Darme de alta, que viene a ser lo mismo que registrarse, que viene a ser lo mismo que introducirte en el mercado de la carne online.

5. Visitar "perfiles" solo de Valencia e intentar chatear. Fácil ¿no? Y los cojones.

Tras pasar con unos cuantos apuros los puntos uno y dos, me fuí directamente al cuatro para después volver al tres pasando por el cinco previamente.

Punto cuatro, y varias putadas.

Al darme de alta en la nueva cuenta no me di cuenta que tenia como correo un .es y no lo habitual que era un .com. Esto me hizo perder mucho tiempo, porque me di de alta en tres páginas con el correo mal y tuve que empezar de cero porque al dia siguiente ya no iba al no haber respondido al mail de confirmación. Así que me tuve que dar de alta de nuevo pero esta vez con el .es. Que sorpresa la mia cuando me di cuenta que era el único gilipollas en la tierra con un correo acabado en @hotmail.es.

Ya en el segundo día y viendo ya perfiles, ya me picó el gusanillo e hice caso a Quique. Me di de alta en meetic, y también en be2. Otra putada, pero esta fué mayúscula, por lo menos en mi cuenta corriente. No leí bien, supongo que por las prisas, que no eran 20€ meetic y 40€ be2 el trimestre, sino el mes, asi que me vino un pago de 3X20 de meetic y de 3X40 de be2. Creedme que mandé un mail a las dos empresas estafadoras de mierda para que me devolvieran el dinero. Meetic ni contestó, aún se estarán riendo, y be2 me envió un mail muy gracioso que decia, ahora tiene todas las ventajas de un abonado, no pierda tiempo! Estos aún estan a carcajada limpia.

Todo esto en tan solo dos dias.

Me cuesta escribir bastante, he estado mucho tiempo chateando y no había escrito nada desde entonces. Se me han saturado los dedos de tanto chat.

Bueno, al darse de alta en las páginas debes hacer una descripción de ti mismo, que esperas encontrar, etc. En cada página puse una cosa, intentado que se viera claramente como soy y no diciendo directamente que era un vertebrado simpático y mega atento. Creo que eran bastante simpáticos pero con ironía. La putada es que luego veían las fotos (ja ja ja) pero eso me la sudaba bastante porque tenía claro que este no era el medio. Pero,... de todo puede pasar.

Ya estaba dado de alta, me habían estafado una pasta y era el único anormal que tenia un hotmail.es. La primera semana fué frenética. Visitando perfiles a diestro y siniestro. Mandando mails "personalizados" a cada persona que veía o me resultaba interesante. La segunda semana ya era semana santa, de esas raras que solo se repiten cada 70 años porque caen casi en fallas, así que tome un descanso para ir de viaje a Lleida con mi amigo Paco y su caravana deLuxe. Cuando volví subí rápidamente a la habitación a ver que mensajes tenia.

Nada.

Me desanimé un poco. Alguna chica me había contestado que me agregaría a su msn. Un par que tenía agregadas ya me bloquearon porque no les había hablado en los cuatro dias que había estado fuera. Y las que no me habían agregado no era porque no lo hubieran hecho, y es que no os podeis imaginar el nivel de subnormalidad que hay en este país. Si te pongo hotmail.es ¿por qué coño me agregas con hotmail.com?

Otra vez me dije a mi mismo... me niego a sacarme la cuenta .com, si no son capaces de leer correctamente que se jodan. Y donde digo digo, digo Diego.

Otra semana frenética intentado chatear con gente conectada y enviando mails.

Conseguí algún contacto, pero no en las de pago. Y es que hay que tener mucha suerte para que te hagan caso, o eso, o una buena foto, ¿que no? (ja ja ja)

Me había dado de alta en elplanazo.com, me la recomendó Toni. Vamos, de aquí saque a una gallega de armas tomar, que estaba pensando en si volvía a intentarlo con su marido-novio-loquesea, y con la que me he echado unas buenas risas. Volvió con el y se borró de esa página, y borró a la mayoría de sus contactos, me salve de su quema, pero perdoname, tu no te vas a salvar de la mía. Vamos, no va a quedar ni dios por borrar (ja ja ja).

Si, una gallega guapísima con unos pies de fábula.

En elplanazo.com había también un chat, tipo irc de estos, y me metí un par de madrugadas. Conocía a Pere, a este si que lo nombro, y es que es de lo mejor que hay por la red. No se si se salvará de la quema. Seguramente si.

No me había metido nunca en un chat de estos, y no lo volveré a hacer. En un plis plas tenía cinco o seis contactos en mi msn, pero prffff... estaban todos para que los encerraran. Creo que lo de frikis se queda corto. Había gente muy maleducada, gente depravada, gente en busca de solo sexo, y mucha desesperación. Pero mira, muchos decían que se lo pasaban bien allí. Yo no. Así que decidí no entrar más.

Borré los contactos que allí conseguí.

Nada más que añadir de esta página.

Otra gratuita fue nuevosamigos.net. En esta si que ha sido una gozada. Allí conocí a Bea, actual pareja de Paco, por eso la nombro también. Fué curioso. Tras unas semanas de chat por la página y msn quedamos para tomar una cerveza, luego fuimos a cenar a un italiano, que rica estaba la italiana, y luego a su casa en la que estuvimos charlando durante horas. Hicimos una especie de PNA (pacto de no agresión) mental, y vimos enseguida que lo nuestro era ser amigos. Quedamos para viernes ir de marcha, ella llevaría a unas amigas y yo a Paco. Creo que en cuanto se conocieron saltaron chispas. Creedme que era mi intención.

En esta página he tenido muy buenas conversaciones con muchas mujeres. Alguna ha repetido y todo, pero ya se me habían ido las ganas de ir dando el msn por ahí. Total, todas lo apuntaban mal. Además, habían pocas mujeres de Valencia, y las que habían no hacían ni caso.

Aquí también conocí a una salmantina. Había algo de feeling, pero había tres problemas, uno, era de Salamanca, dos, para chatear con ella tenias que hacer cola, tres, era bastante torpe. Me bloqueó de su msn, y tras dos días esperando a hablar con ella la bloqueé yo. Para mi sorpresa me envió un mail maildiciendome. Lo suyo fué un error, y me costó dios y ayuda convencerla de que yo lo había hecho porque creía que ella me había bloqueado sin más. Luego decía que no podía agregarme de nuevo. Tras un par de semanas de intentos de ayuda desistí y se borró de la página al ver que no le hacía caso. Total, era de Salamanca, y haciendo cola, y torpe.

No me gustan nada las colas. Las odio. No soy capaz de esperar en la caja del supermercado. Y me hice autónomo para no hacer la cola del paro.

Bueno, poco más que añadir de esta página.

Otra fué badoo.es, es una página donde pones fotos y la gente te vota, puedes conseguir contactos y visitas dependiendo de tus fotos.

Nada más que añadir de esta página.

(ja ja ja)

Otra de la que tengo buenos recuerdos, muy buenos, es de amigosfree. Gratuita, con poca gente, pero por lo menos hacen un poquito de caso. En esta encontré a mi arqueóloga favorita, amiga y confidente, aunque no nos conoceremos nunca. Creo que se salvará de la quema. Lo mismo que a la que trabaja cerca de tráfico. Ay... se ha salvado ya de tantas quemas en tres meses que seguramente se salve de esta también.

Se salven o no creo que van a estar en mi corazón todo lo que me queda de vida. Queda maricón ¿no? Pues como dirá la de al lado de tráfico, me la pela.

En esta si que puedo añadir mucho más.

Esa profesora que está en Mahón de sustituta. Que volverá a Valencia en breve, y que tampoco conoceré, pero con la que he tenido buenas charlas de sobremesa, y que si ella quiere aún tendremos, escudados tras la pantalla.

Y algunas más que siempre decía, ahora no puedo, o vuelvo enseguida, o que simplemente te ponian en la lista negra porque su fotito de morritos calientes no era compatible con la mia de gorro de lana.

Y una más. Creo que es la Una. Hablaré de ella más tarde. Se merece un parrafón para ella sola.

Bueno, volviendo a meetic. Tuve la suerte de conocer a una trabajadora social que trabaja por Aldaia. Y si, la conocí fisicamente, fué la primera. Comimos juntos y nos reímos un buen rato. Pero nuestros caminos eran un poco distintos. Aún está aquí como amiga. No se si se salvará de la quema.

Allí contacté con una eslovena afincada en Valencia, que decía que trabajaba en el Corte Inglés en la sección de inmobiliaria y que era una entusiasta del Feng Shui, o como coño se escriba, además de vegetariana. Era un poco extraña la niña. Y un día en plena conversación de msn me suelta, si, he ido a ver el partido al Mestalla pero llovía... Deducción en milisegundos. (ja ja ja) Block.

También contacte en meetic con la peluquera más trabajadora de Patraix. Un encanto vamos. Fué a la cuarta mujer que conocí fisicamente. ¿Que por qué no hubo rollo? Es que ya estaba tan saturado de todo que ya ni me apetecía nada con nadie. También se salvará de la quema. Esta chica vale la pena tenerla como amiga, aunque sea solo para que me carde el pelo.

Y vamos, podría añadir más pero solo hay decepciones. Así que luego generalizo, porque en todas es lo mismo.

Y la última, be2. Esta es la más extraña de las páginas. Solo he conocido a una chica. Quedamos dos veces. Muy guapa ella, pero no se porque la segunda vez ya no me gustó. Y es que soy raro de cojones, que le vamos a hacer.

En esta página haces un test tipo psicotécnico en el que sacan tu personalidad testada científicamente [...] Te ponen un listado de "perfiles" de la zona geográfica que tu has elegido y los puedes ordenar por índice de compatibilidad. También se pueden poner fotos, yo lo hice, para que las vieran quienes quisieran. No te visita ni dios. Y eso que la foto no se ve como en meetic, aquí tienes que meterte para verla. El sistema es, visito perfil, veo su índice, envío mensaje de "que te parece que tenemos un tanto por cien de compatibilidad y mira por donde yo tengo msn..." y esperas a que te contesten, o te visiten, o te agreguen. Solo una lo ha hecho (que haya valido la pela, perdona lulu), la que decía anteriormente. Y no será por mensajes (ja ja ja).

Esta se me acaba el abono en cinco días, así que aún iré enviando mensajes. Total, un copia pega...

Y nada más que añadir de esta página.

Me alegro de haber conocido a esta gente, de todas he aprendido algo, incluso de las que he bloqueado, que también han sido algunas. He aprendido que ser sincero no es bueno, no te cree nadie. Tienes que ser un hipócrita para ligar en internet. Para hacer amigos no. Para hacer amigos tienes que ser tal como eres realmente. Pero la gente es muy desconfiada. No lo entendía al principio, pero pronto me volví desconfiado yo también. El que está tras la pantalla respondiendote puede estar con 5 ventanas de chat abiertas. Cuando tardan equis segundos en responderte ya desconfias. Yo no he tenido nunca una conversación con más de una persona a la vez. Si no me ha quedado más remedio he escrito "un momento por favor", o simplemente "espera". Y es que hay que ser fino y educado en este medio. Todos somos muy susceptibles, y no vale un jajaja porque no te escuchan el tono de voz, ni por mucho que se imaginen no ven tus gestos, no saben si estas siendo irónico o es que realmente estas cabreado. No puedes decir palabrotas porque parece que estas enfadado, ni escribir ne mayúsculas porque parece que grites. No puedes ser claro, porque ni así te van a entender. Y no esperes que lo sean contigo, porque no lo van a ser.

Se valora la sinceridad por encima de todas las cosas, yo siempre he defendido que la claridad es mucho mejor. La sinceridad hace daño, y no sirve de nada, la claridad hace que nos entendamos mútuamente. Si tengo que decirte "me gustas" es muy simple, solo hay que decir "me gustas". Sinceramente, ¿como lo diriamos?... sería más o menos así, " me gustas pero es que hay algo en ti que no me cuadra".

La respuesta de la otra persona puede pasar de un "gracias", o un "tu a mi también" a un "vete a la mierda si no te cuadro".

Creo que la sinceridad esta sobrevalorada. Y con ella no se deja nada claro. Menos mal que nadie es sincero ni aunque lo diga. Como diria George, "sinceridad sucks".

He navegado por miles de "perfiles" y casi siempre he leído lo mismo. He ido en busca de lo especial y lo auténtico y solo lo he encontrado en unas pocas personas. Y lo más auténtico de todo solo en una.

Todos dicen, "hacer amigos y si surje algo más...". ¿Qué coño quieres?, ¿hacerte una cartera para poder ir seleccionando? Sr. Paul Ventseck, está usted seleccionado para entrar en el corazón de Maripili_453.

Pues vaya competición.

Me gusta más eso de "no busco nada". Por lo menos ya lo tiene claro, porque es eso lo que va a encontrar. Nada.

Y esa es otra. La mayoría no busca nada, pero quieren encontrar. ¿Y como coño encuentras si no buscas? Que me lo expliquen por favor.

A todas estas estupideces le sumas la sinceridad, y lo del amigo de sus amigos y tienes el cóctel perfecto para marearte del todo sin beber alcohol.

Para rematar la faena os diré que a nadie le interesa vuestro interior si el exterior no es de un notable alto. No te van a contestar en una ventana de chat si no tienes una foto bien atractiva. Hay quien cuando ve que le abres una ventana de chat lo primero que hace es visitar tu perfil para ver quien eres, como eres y que pretendes. Si te hablan y mantienes una conversación agradable al final te dará el msn sin haberlo pedido, pero ¡ojo! No va a querer nada contigo si;

1. Si te da le msn pero no te ha visitado, olvidate, le caes bien, pero no le interesas ni lo más mínimo. Este es el ejemplo de "no busco nada".

2. Si te da el msn, te ha visitado dos veces seguidas, es que no se cree lo que ve. Este es el ejemplo de "y si surge..." y "...el interior...". No va a surgir, como sea una tia medio fea ya la has cagado, y si es guapa es de las que itentan ver el interior pero tarde o temprano se va a dar cuenta que no, que lo que le va es un tio guapo. Lo único que vas a conseguir es que te mareen.

3. Si te da el msn, te ha visitado, y corre rauda y veloz a hablar contigo es que no está bien de la chaveta. O, que es novata. O, que realmente le gustas, así que cuidala y dedicale tiempo.

4. Si te da el msn, no te ha visitado, está cañón, y corre rauda y veloz a hablar contigo, no te equivoques, ha visitado otro perfil que no es el tuyo, y es que las hay así de simples. Te das cuenta en el momento que ella te envía una foto y tu otra tuya y al ratito se desconecta y aparece una equis al lado de su nombre en el amsn.

5. Si es ella la que te abre el chat, o te envía un mensaje, y acepta cordialmente tu msn porque has visto que te ha visitado... Estas son las que valen la pena, las amigas que tendrás que conservar, y ¿por que no? con las que pasaras momentos de angustia, creyendo que le gustas y dando todo el tiempo del mundo para chatear con ella.

Es una busqueda del "equilibrio", del Ying y el Yang como dice mi queridísima Lula, un equilibrio inexistente en el que ni el interior es todo lo bueno que parece ni el exterior es tan malo como parece. La gente no sabe lo que busca. Y el que dice que si lo sabe no tiene ni puta idea. La mayoria de personajes que estan por la red intentando las ciber-relaciones son gente que no ha encontrado su principito o princesita en la puta calle y creen que con una foto mona lo van a encontrar. Otras personas son las típicas que acaban de salir de una relación, amargadas y despechadas que no quieren nada con nadie y que solo necesitan hablar. Es la gente que más tiempo te hace perder en la búsqueda del equilibrio, pero con la que más te identificas porque realmente son las únicas personas que saben lo que quieren, saben que no saben nada, y quieren nada de momento porque aún estan destrozadas. Este tipo de personas son las que más abundan. Son con las que más he hablado.

Estan enfadadas con el sexo opuesto, cojones, y yo también.

Arancha, una amiga del último día de nuevosamigos me dijo, "en la era de las nuevas tecnologías la epidemia es la soledad".

Hace nada hablaba con unos amigos, y les contaba unas experiencias surrealistas vividas en el mundo-chat, y me preguntaron que que balance hacía de todo este tiempo. Les dije que el resultado era desastroso, el balance negativo, se asombraron bastante y me preguntaron porqué.

Nunca me he sentido más solo que navegando entre "perfiles" y ventanas de chat. Era como estar en el bulevar del barrio rojo, lleno de ventanitas con gente, que te mira, y tu vas golpeando los cristales diciendo; "¿hay alguien?, y girándote la cara para no verte ni oirte. He pasado mucho tiempo esperando una respuesta a un simple "hola", por eso desarrollé la capacidad del monólogo, y cuando no respondian al "hola?", empezaba mi show de Paramount Comedy con mi monólogo del momento solo para esa espectadora ausente. A veces eran 20 líneas y otras muchas más. Hasta que acababa el café o el cigarro. Muchas veces decían, "espera que escribes muy rápido", pero uno es muy exigente, y ya decía adiós. Monólogo terminado.

Solo una persona me ha tenido esperando vigilante al msn. Creo que me importaba, me preocupaba porque se sintiera bien. Estaba pasando lo que yo ya pasé hace mucho tiempo. Pero lo que empezó como una ayuda altruista como otras veces ya he hecho, ha acabado como el rosario de la aurora, con más pena que gloria. A lo mejor mañana tengo suerte y quiere que nos tomemos unas cervezas. Creo que no se va a salvar de la quema. O quizás si. Y veremos.

El caso es que ya he borrado todas mis huellas en la mayoría de estas páginas. Me quedand dos solo. Be2, 5 dias, badoo, que no se que cojones hago allí (ja ja ja). Tampoco es que me despida de este mundo de la ciber-relación, es que no he encontrado absolutamente nada que me llegue. Igual aún está por ahí escondida esa persona, o quizás es una de las que me agregó al hotmail.com...

Si vuelvo haré una lista, esta vez si, será más o menos como esta;

1. Hotmail.com

2. Solo páginas gratuitas.

3. Perfiles en Valencia.

4. Ser como soy, eso no lo puedo remediar.

5. Buenas fotos, venga chico, que tu vales, que a veces pareces guapo.

6. Ser hipócrita. Y es que tengo comprobado que dices, que sonrisa más bonita y lo rimas con florecita, y vamos, te agrega.

7. No vives con tus padres, ja ja ja.

8. Tienes ingresos de ente 50mil y 70mil €uros.

9. Fotos de mi moto, claro, ya puestos a parecer una macarra, pues macarra con moto.

10. Me gusta el pop, ritmos latinos, regeton... Este punto es una mierda.

Si, la verdad es que con solo el punto 8, un poco del 6 y una mala del 5 ya tienes lo que no he tenido del punto 5 de la primera lista de este texto.

En fin, si os ha gustado la peripecia más que experiencia bien, y si no me la suda un montón, total, me la suda tanto ya todo jajaja. Aps, se me olvidaba, esto no es un textito como los que habitualmente escribo, y es que bueno, uno es muy polifacético.

Lula me decia que me veía diferente en cada foto. Claro, como que no sabes quien soy, ¿y si no soy yo el de las fotos? Chantatachán.

Un ente electrónico. Eso es lo que soy.

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