martes

Ciego

(...)

El dibujo del tapiz es uniforme.

Una uniformidad cegadora.

No hay nada aleatorio, todo minuciosamente dispuesto.

Aparto la mirada para no quedarme sin ella.

Desplazándose, todo va en dirección contraria a la mía.

El interior tiende a la normalidad, hacía un mismo destino.

Solo las gotas de lluvia en la ventana escapan fugazmente.

Se unen unas a otras para formar riachuelos zigzagueantes.

El dibujo del tapiz es oblicuamente parecido.

Lo imagino distinto, como la lluvia.

Lo observo ciegamente.

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